Camino o, más bien, increíble obra de ingeniería que une Purmamarca con las Salinas Grandes, la Cuesta de Lipán asemeja un zigzagueante laberinto de infinita belleza y gran desafío.
Construida por el hombre para sortear los obstáculos geográficos dispuestos por la naturaleza en la zona, exige ascender poco a poco, curva tras curva, llegando a una altura de 4.170 metros sobre el nivel del mar.
Es sorprendente ver allí, en plena cuesta, pequeñas casitas con sus respectivos corrales, y gente que a esa altura vive cotidianamente abocada al criado de ovejas y llamas.
Desde Purmamarca, camino al Paso Fronterizo de Jama, por Ruta Nacional Nº 52.