El turismo histórico y cultural se desarrolla en toda su amplitud en la localidad de Purmamarca, pudiéndose recorrer las antiguas construcciones conservadas a lo largo de toda su extensión, y descubriéndose a cada instante el estilo de vida de los lugareños.
Imagen - Secretaría de Turismo de la Nación
Una de las opciones es iniciar este circuito en la Iglesia Santa Rosa de Lima, que data de 1648 y ha sido declarada Monumento Histórico Nacional; siguiendo por el viejo algarrobo que persiste a uno de sus lados, fiel testigo del paso del tiempo en la localidad; para culminar en la Feria Artesanal vivenciando las costumbres y los oficios heredados de los habitantes de este rincón argentino.
La jornada puede completarse con el disfrute de las tradicionales celebraciones jujeñas, su música nativa, su gastronomía distintiva y su hospitalaria atención. Pero ello no agotará la belleza turística de Purmamarca.
Más allá y más acá, el paisaje deslumbra las miradas invitando a su descubrimiento. Así, el fondo improvisado por el magnífico Cerro de los Siete Colores; el imponente Paseo de los Colorados; la hermosura desafiante de la Cuesta de Lipán; se quedan con las huellas de cada turista que pasa por la ciudad.