Construida en 1945 en devoción a Santa Teresita de Licieux, conserva la imagen original traída desde Francia y cuenta con la particularidad de una cruz iluminada que en las noches parece colgar del cielo.
Se accede a este atractivo religioso partiendo desde la confluencia de Av. San Martín y calle Martín Güemes, continuando por ésta hasta el final.