Enmarcadas por un imponente entorno de helechos y plantas que cuelgan desde las pendientes, las aguas del Salto de la Moneda caen desde unos 15 metros de altura para rebasar en dos transparentes hoyas. Una atractiva espuma blanca demuestra la fuerza del golpe y rápidamente desaparece repitiendo el espectáculo natural perpetuamente.
Este mágico lugar debe su denominación al efecto que la luz del sol produce sobre las rocas –con alto contenido de mica- que se encuentran en el fondo de las hoyas: una infinidad de monedas plateadas bajo el agua, eso es lo que puede observarse, eso es lo que parece, y por ello se llama Salta de la Moneda a este lugar perfecto y único perdido entre las sierras sanluiseñas.