Coloridos bosques de lapachos, violáceos y palos borrachos; cerros rojizos y marrones que se elevan y rompen con la línea recta del horizonte; impactantes cumbres sobrevoladas por los autóctonos cóndores; todo esto y mucho más podrá encontrar en los alrededores de la ciudad catamarqueña de San Isidro.

Sus habitantes se dedican principalmente a la elaboración de productos regionales y artesanías. Exquisiteces y verdaderas obras de arte se encuentran en la Plaza Aborigen para ser admiradas y adquiridas por los visitantes. Dulces artesanales, vinos, bolsos, y hasta joyas, son algunos de los productos que se pueden encontrar.

Otro de los motivos para visitarla son los festivales folclóricos. Convocando a toda la familia, los artistas ofrecen un espectáculo que combina la danza y el canto; los desfiles pueblan las calles en fechas especiales; la doma de caballos salvajes expone las destrezas de los gauchos en un espectáculo de importancia nacional.

Ostentando uno de los lugares más bellos de la Provincia de Catamarca, la mítica Cuesta del Portezuelo se pasea por esta zona para comunicarla con el oeste de la provincia. El recorrido ofrece una variedad de actividades para deleitarse con su accidentada geografía.

Y hay más por descubrir…la Ermita en la que los aborígenes encontraron la imagen de la Virgen del Valle, hace más de 500 años, es otro de los sitios que cobija esta porción de tierra catamarqueña.