Cuadro detenido en el tiempo, o ciudad confundida con ambiente rural, Simoca conforma una típica postal de la tradición fielmente resguardada en cada rincón de la provincia de Tucumán. Festiva, artesanal, extrañamente rústica y colorida, esta porción territorial colma de alegría al visitante mientras le enseña la cultura regional.
Imagen - Gentileza Ente Tucuman Turismo
Al despertar de cada sábado, la tranquilidad característica de Simoca se transforma en algarabía, y una feria de gran aceptación invade las calles con tiendas de lugareños dispuestos a comercializar su producción artesanal. Frutas, verduras, embutidos, miel de caña, cigarrillos en chalas, comidas típicas, tejidos, artesanías, ocupan gran parte de los anaqueles cautivando a los transeúntes y compensando con su venta el trabajo del productor.
Pero la repercusión de la feria encontrará su máxima expresión en las jornadas sabatinas del mes de julio, cuando la Fiesta Nacional que la celebra agasaje a los visitantes con sensacionales espectáculos folclóricos, ánimo festivo y encanto de color.
Otro distintivo de Simoca es el transito lento y cotidiano de los sulkys que parecieran conducir hacia otra época. Ésta permanencia en la simplicidad del carruaje, ha hecho merecedora a la ciudad del posicionamiento como escenario de la Fiesta Nacional del Sulky, carro tan típico de la zona como de toda Argentina. En la ocasión, lugareños y turistas pueden disfrutar de la actuación de reconocidos folcloristas, carreras de los audaces carritos, desfile de agrupaciones gauchas, muestras de fotografías y exposiciones artesanales. |
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