Destino obligado para quienes transiten desde la Provincia de Jujuy a Chile atravesando el Paso Internacional de Jama, Susques sorprende a sus visitantes con la sencillez de un antiguo pueblo con casas de adobe y callecitas angostas.

Ubicada sobre una depresión rodeada de mesetas, esta tranquila localidad norteña depende de las actividades ganaderas, principalmente la cría de llamas y cabras; y mineras, extrayéndose de sus tierras oro, plata, cobre, hierro, estaño, bórax y sal. Es precisamente la presencia de grandes mares blancos los que invitan a emprender un recorrido por las cercanías de la ciudad: la Salina de Olaroz, el Salar de Caucharí, y las Salinas Grandes un poco más alejadas, permiten disfrutar de un paseo inolvidable.

Quienes se regocijan con las vistas panorámicas podrán llegar a la Quebrada del Taire desde dónde se pueden obtener las mejores postales del pueblo: las casitas de barro se pierden sobre el relieve rojizo que colorea los paisajes puneños, sólo resalta la majestuosa y antigua Iglesia Nuestra Señora de Belén de Susques con su blanco reluciente.

Tejidos coloridos; artesanías que nacen de diversos materiales; serenidad, y toda la pureza de los aires norteños se suman a esta propuesta turística para completarla y hacerla aún más atractiva.