Espacios conocidos y frecuentados, así como silenciosos parajes casi ocultos, seducen desde el Tigre a la práctica de la pesca y la vivencia de intensas jornadas a pura naturaleza. Ríos y arroyos hacen de este espacio geográfico el paraíso de la pesca embarcada. Codiciadas especies, ejemplares significantes, marco paisajístico deslumbrante, no existe sitio más propicio para el desarrollo del deporte del pique.
Imagen - Gentileza de la Secretaría de Turismo de Buenos Aires
Los pescadores aficionados conocerán la verdadera satisfacción en los ríos y arroyos del Delta, donde peces como bogas, dorados, surubíes pejerreyes, armados, bagres, amarillos, pacúes, patíes, tarariras y carpas hacen al deleite deportivo de todo aquel que se asoma con su anzuelo y algún que otro señuelo.
Cruceros, lanchas, botes a motor, gomones se ofrecen siempre listos para guiar a los visitantes hacia los lugares más recónditos y fértiles de especies ictícolas, brindándoles además los mejores servicios y comodidades, entre los que es válido destacar las comidas y sitios de pernocte.
Pesca de dorados de hasta 5 Kilogramos entre los meses de diciembre y marzo; pesca de pejerrey en el Río de la Plata, cruzando el Canal Mitre o en la zona de Playa Honda, en el período de tiempo extendido entre abril y septiembre; provisión de equipo especial de pesca y carnada; posibilidad de consumir las piezas capturadas en el almuerzo tras su cocción a cargo de gourmets especializados; son apenas algunas de las razones por las que ningún amante de la pesca puede perderse este tipo de excursiones propuestas por el Tigre.