A 40 kilómetros de Chos Malal un pintoresco paraje ostenta la belleza que los paisajes del norte de la Provincia de Neuquén despliegan en todo su esplendor. Tricao Malal es un mundo diferente dónde la sensación de paz invade, sin pedir permiso, e invita a deleitarse con el entorno que la naturaleza brinda.

Un puñado de casitas, que parecen perderse entre huertas familiares y sobre el fondo de la imponente Cordillera del Vientos, forman este pequeño pueblo de montaña. Dueño de un colage diferente dependiendo de la época del año, el valle sobre el que se asienta expresa un tímido verde llegando a la primavera, o el más puro blanco durante el invierno.

Lugares que marcaron la historia de esta localidad se transforman en sitios dignos de admirar por su sencillez, importancia para la sociedad o por el dinamismo que le otorgaran a esta región: la Capilla Juan Bosco, la Estafeta Postal y la antigua Planta de Azufre esperan la visita de los turistas. Además atesoran sus costumbres y tradiciones en Fiestas Populares que convocan a todos los lugareños: la Fiesta del Loro Barranquero es una de las más reconocidas.

Abrazada por postales que se mueven de un lugar a otro, por el traslado de ganado que los crianceros realizan desde los campos de invierno a los de verano, atrapa con sus espejos y cursos agua tentando con la posibilidad de una buena pesca. La Laguna Huaraco junto al arroyo homónimo constituyen un tentador pesquero.

Completan esta propuesta las excursiones a los cerros cercanos: el Cerro Palao, el Cerro Negro, el Volcán Domuyo y toda la Cordillera del Viento son un imán para los más aventureros.