Trazado por pictografías y conservado en medio de fuertes tradiciones, el territorio de Villa San Agustín y el Valle Fértil que encabeza, constituye un apasionante recorrido por el pasado más remoto del planeta, así como una agradable ocasión de descanso y placer en parajes y pueblitos de montaña.
Imagen - Gentileza de Iván Manrique
Leyendas impregnando el aire de misterio; platos típicos aromatizando el paseo; magníficos paisajes fascinando la mirada; cada paso por Valle Fértil impacta en todos los sentidos del visitante. Pero, como cada circuito, Villa San Agustín y el sendero turístico que señala, ostenta un atractivo central e ineludible: el distinguido Valle de la Luna.
Bajo el nombre oficial de Parque Provincial Ischigualasto, este espacio brinda la oportunidad única de contemplar la secuencia completa de sedimentos continentales del Período Triásico de la Era Mesozoica. Geoformas, paisajes inexistentes en otro punto del mundo, restos fósiles de gigantescos dinosaurios, y una multiplicidad de sensaciones golpeando por salir; todo se torna extraño y desafiante en el Valle de La Luna.
Imagen - Gentileza de Iván Manrique
San Agustín del Valle Fértil invita también a viajar unos cuantos kilómetros hacia el sur, llegando hasta el concurrido Santuario de la Difunta Correa. Un reservorio de peregrinación y fe, ajeno a la descreencia y frialdad característica de nuestra época.