Definida como pueblo de las culturas, Villa General Belgrano asoma con su estilo centroeuropeo entre las Sierras Chicas y las Sierras Grandes, endilgándose el protagonismo turístico del Valle de Calamuchita.
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Tejados, jardines floridos y mucha madera dan a la localidad la apariencia de aldea alpina que se acentúa al descubrir los aromas y sabores de su gastronomía. Es que Villa General Belgrano nació de un proyecto agrícola alemán y por alemanes fue habitada conservando aún la cordialidad característica y las tradiciones implantadas por los inmigrantes.
Un clima privilegiado, iluminado por 300 días de sol al año, permite el disfrute sin restricciones epocales de los intensos paisajes de la villa y sus pinares surcados por arroyos. El turista encontrará allí innumerables motivos de atracción como respirar el aire seco y limpio en purificadoras caminatas o practicar diversos deportes contando para ello con la infraestructura adecuada.
Sede de la célebre Fiesta Nacional de la Cerveza, también conocida como Oktoberfest, Villa General Belgrano es visitada permanentemente por multitudes que disfrutan de sus playas sobre el río Reartes, sus campos de golf, sus museos, restaurantes, tranquilidad y cultura.
Villa General Belgrano es el punto ideal donde pernoctar, tanto por su proverbial hospitalidad y amplia oferta de alojamiento, como por su ubicación estratégica que permite emprender excursiones hacia los rincones más bellos del Valle de Calamuchita y regresar en el mismo día a las instalaciones y servicios del confortable lugar.
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Historia de Villa General Belgrano
Nació como una aldea centroeuropea en medio de las serranías cordobesas.
En 1929 llegó a este rincón cordobés Paul Friedrich Heintze con el objetivo de forestar las tierras y dar nacimiento a cooperativas agrícolas en base a manzanos y nogales, siguiendo el modelo de Alemania. Así, junto a Jorge Kappuhn, quien contaba con el capital para invertir, adquirieron el paraje El Sauce y concretaron un loteo casi exclusivamente entre miembros de las colectividades de habla alemana. Las primeras 15 familias propietarias llegaron al lugar en 1932, pero las heladas en tiempos de floración no dejaron progresar al proyecto.
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Unos años más tarde llegaron a la comunidad un grupo de alumnos, docentes y padres de escuelas alemanas con sede en Buenos Aires. La exquisita comida y la buena atención recibida sirvieron de impulso a la afluencia de turistas e inmigrantes, y la villa comenzó a crecer.
En 1937 se la denominó Villa Calamuchita, pero un extraño episodio sucedido en 1943, en el cual fue quemada una bandera argentina, llevó a la Legislatura cordobesa a cambiar su nombre por el de Villa General Belgrano en homenaje al creador del valioso símbolo patrio.
En 1953 Villa General Belgrano contaría con su propio municipio.