En el norte de la Provincia de Neuquén, un conjunto de pinos salpican de verde un puñado de casas rodeadas por la inmensidad de los cordones montañosos de la cordillera andina. Este es el paisaje que la localidad de Las Ovejas regala a primera vista.

Con aires patagónicos que se reflejan en la flora de la estepa; el ganado caprino y ovino que recorre los valles en busca de su alimento y sus caminos al borde de formaciones rocosas, esta localidad invita a disfrutar de cada uno de sus encantos y de aquellos que a pocos kilómetros de distancia brindan sensaciones únicas e indescriptibles.

El Mirador Puntilla es un de los lugares imperdibles para los visitantes de este pequeño paraje: una pasarela de 120 metros de largo se extiende como una larga escalera que va aprovechando los desniveles del terreno para tomar su forma ondulada y adentrarse en los campos a medida que va siendo rodeada por las elevaciones características de esta región. Las mejores vistas panorámicas del Río Neuquén, el volcán Domuyo y la Cordillera del Viento se obtienen desde esta pintoresca construcción de madera.

Desde la ciudad y continuando por la Ruta Provincial Nº 45 se llega al Área Protegida Lagunas Epu-Lauquen. Un sistema de lagunas interconectadas por el arroyo Nasa es sólo uno de los tesoros que cobija este paraíso natural. Además se encuentra el bosque andino patagónico más septentrional del país que alberga un conjunto único de robles pellín junto a especies silvestres de menor tamaño. Un sendero de interpretación es el recorrido ideal para admirar la particular flora y la nutrida fauna que habita estas tierras.

El arte rupestre de Colo Michico, esparcido en 600 rocas que hechizan con sus petroglifos y el impactante Volcán Domuyo completan esta propuesta turística que explota de atractivos.