Exhibiendo formaciones pétreas que sólo pueden encontrarse en Turquía y México, Loncopué se transforma en un tesoro que invita a transitarlo, descubrirlo y dejarse sorprender. Los Riscos Bayos tuvieron su origen en flujos volcánicos que fueron compactados por glaciaciones y aún se modifican por la erosión del viento. Sus impactantes formas varían desde grandes rocas aisladas con formas redondeadas; murallones que pueden alcanzar los 50 metros de alturas; montículos que se vuelcan sobre sí mismos, y pequeñas mesetas tapizadas con grietas en sus paredes laterales.
Otorgándole mayor atractivo, se puede encontrar un antiguo bosque de ciprés que ronda los 500 años, mariposas multicolores, ardillas y, según aseguran las leyendas populares, simpáticos duendes.