Extendida sobre una zona considerada como “desfavorable” por la rigurosidad del clima en otoño- invierno y las distancias con otras localidades, la ciudad de Pedro Luro aparece como un espacio casi impensado para el vacacionista. No obstante, además del espléndido complejo termal que le ha brindado reconocimiento atrayendo turistas hacia la calidez de sus aguas terapéuticas, el turismo rural aparece ahora como una opción irrechazable con su propuesta de día de campo y equinoterapia.
En el extremo sur de Buenos Aires, aunque más cercana por sus características a la región patagónica, Pedro Luro constituye una opción sorprendente a partir de la cual descubrir el ser profundo bonaerense, la esencia campestre tradicionalista, las exquisiteces de su gastronomía.