En el corazón del Valle de Punilla, custodiada por las Sierras Grandes, la ciudad de Tanti se ofrece al turismo como destino inolvidable. Coloreados de verde, templados por la calidez del sol y recorridos por cristalinos cursos, los paisajes se extienden dentro de sus límites desplegando un abanico de posibilidades.

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Escenario multifacético, Tanti expone sus cualidades turísticas en las diversas formas del arroyo, el pie y la cumbre de los cerros, las quebradas y valles, e incluso en la apariencia colonial de su núcleo urbano. Ecoturismo y paseos culturales parecen ser los extremos opuestos en su cartelera; en la cual también se enfrentan la aventura terrena y el disfrute de los balnearios.

Entre sus atractivos es válido hacer referencia a la parroquia que le dio origen y a la reconocida Gruta de la Virgen, así como a la espléndida Cascada Los Chorrillos, la exótica Cueva de los Helechos, los museos de piedras y minerales, y el Castillo de Wilkins que podría describírselo como sacado de un cuento.

Pesca deportiva, recreación estival, actividades de aventura, disfrute paisajístico, Tanti constituye un centro turístico recomendable, sin dudas, a las preferencias más distintas.

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Historia de Tanti
Hasta el siglo XVIII, lo que hoy se conoce como Tanti no era más que una posta tras la primera jornada de viaje entre Córdoba y San Juan. Sus tierras estaban divididas en numerosas fraccionadas por el Rey de España con el objeto de evitar los grandes latifundios.

Recién con la construcción de una iglesia en 1848, en la propiedad de la familia Bustos, comenzarían los asentamientos en los alrededores, agrupándose allí los pobladores dispersos en las sierras, e impulsando el desarrollo de una ciudad.

En habla comechingona, Tanti significa "solar de piedra"; en la lengua quechua "lugar del encuentro"; nada más acertado que estos vocablos indígenas para describirla.