Un enorme spa natural es lo que es la relajante Río Hondo, emplazada en las costas del río Dulce. Incomparables y saludables aguas brotan en su territorio atrayendo infinidad de turistas con su propuesta de turismo salud.
Pesca del dorado con mosca vadeando el Río Dulce, captura de tarariras con señuelo; y atrape de enormes ejemplares de boga en las bahías del lago, son algunas de las modalidades sobresalientes, aunque no las únicas.
La casa del sol y el aire puro. Recibe a los turistas que deciden alejarse del ruido, smog, la humedad y el estrés citadino, para halagar su cuerpo y mente con un clima templado, serenidad y sonidos de la naturaleza.
Sus aguas termales previenen y alivian múltiples afecciones, sumadas a las comodidades y servicios brindados a lo largo y ancho de la localidad, colman de placer y serenidad a todos sus visitantes.
Los incas creían que las aguas de esta región traían con ellas el fuego del centro de la tierra y devolvían milagrosamente el bienestar al sufriente y al enfermo.