Dueña de una tranquilidad típica del cuyo argentino, la localidad de Barreal se extiende impregnada de apacibles satisfacciones, y acondicionada por sus habitantes de modo de recibir a los turistas con la cordialidad más encantadora. Turismo paisajístico y de relax, Barreal, como cada paraje y pueblo del Valle de Calingasta, constituye una opción inmejorable en la materia.
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El clima excepcional de la zona, sumado al fondo precordillerano, dan lugar a un compuesto a través del cual las condiciones se tornan ideales para el pleno descanso del turista. Aire puro, bellezas naturales, senderos de montaña, silencio, cada detalle construye a su manera este apacible itinerario por el Valle de Calingasta.
Y todo ello encuentra su máxima expresión, aunque también su condena, en la planicie inmaculada del Barreal Blanco situada hacia el sur de Barreal. Kilómetros y kilómetros de vacío solitario es todo lo que puede hallar la mirada en este paisaje incomparable, además del fascinante piso resquebrajado de a pentágonos. No obstante, por sus mismas características, El Barreal aparece para los aventureros como una extensa pista natural de carrovelismo. Un deporte que despierta la adrenalina de sus adeptos montándolos sobre carritos a vela que el viento impulsará a grandes velocidades.
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Paseos en sulky, montañismo y pesca, son otras de las actividades que encuentran espacio de realización en este circuito que transita desde Barreal hacia cada punto del Valle de Calingasta, destacándose además el desarrollo de safaris fotográficos por el magnífico Cerro Alcazar, el plagado de naturaleza Parque Nacional El Leoncito, el cultural y misterioso Los Morrillos, y otras tantas escenas definitivamente únicas.
Complejo Río Los Patos
