Emplazado en el barrio que debe su nombre al Convento de los monjes Recoletos establecidos en el lugar a principios del S XVIII, este cementerio se ha convertido en el mayor atractivo y punto turístico de la zona.
Sobrio, silencioso y místico, fue inaugurado primeramente en 1822 bajo el nombre de Miserere, para luego pasar a llamarse del Norte, y finalmente recibir el nombre que lleva actualmente.
La importancia de este Monumento Histórico Nacional reside en dos aspectos principales: su estilo arquitectónico neo-colonial, neoclásico y barroco, que lo ha convertido en uno de los cuatro cementerios más valiosos del mundo en materia arquitectónica y artística; y sus bóvedas y mausoleos donde yacen las personalidades más importantes del país, y los miembros de la aristocracia porteña.
Es recomendable realizar esta visita acompañados por un guía especializado, ya que cada rincón del cementerio tiene mucho por decir.
Se ubica entre las calles Junín, Vicente López y Azcuénaga (Bº Recoleta)