Dispuesta en el centro de La Cumbrecita, esta curiosa plaza fue ideada y construida por Don Julio Diesemberg, un inmigrante alemán residente de esta localidad.
De dimensiones muy reducidas, comparada con una plaza tradicional, y un poco elevada del nivel de la calle, este espacio cuenta con un tablero de ajedrez erigido en el piso y unos bancos de piedra desde donde jugar.
Las piezas que componen este tablero constituyen verdaderas obras de arte de la herrería y hojalatería regional. El paso por este lugar invita al entretenimiento de un juego con dimensiones diferentes a las normales.