Ubicada entre las Sierras de Pocho, el camino a Chepes y el río Chancaní, esta Reserva creada en 1977 atesora especies de la flora autóctona, como molle, quebrachos blancos, algarrobos, espinillos, entre otras; y la fauna, destacándose el conejo de palo, gato montés, zorro gris y la liebre europea. Esta exposición de naturaleza se extiende a lo largo de 4960 hectáreas, que se dividen en la zona de parque natural y otra en la que se permite acampar.
Su diversidad amerita los recorridos paisajísticos y la interpretación ambiental. De la mano de los guardaparques se puede recorrer la reserva, mientras se recibe la explicación de las maravillas observadas.