Paisajes y museos, tranquilidad y aventura, Traslasierra, Córdoba, ofrece alternativas para todos los gustos y en todo momento, porque allí el sol brilla trescientos días al año sorteando las barreras de las estaciones.
La madre naturaleza plasmó su creatividad concibiendo tras la Pampa de Achala placenteras playas de doradas arenas, aguas claras y atractivos miradores en los cerros y quebradas. Protegida bajo aquellos horizontes, la cultura de los comechingones dejó su legado impregnado entre las sierras. Así, el recorrido por el Circuito de Traslasierra puede iniciarse en diversos puntos, pero uno llevará inevitablemente a los otros, porque los poblados que lo integran comparten más que los caminos que los unen, comparten una misma historia.
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En Traslasierra, cada rincón es un lugar por conocer, y uno de sus destinos turísticos más distinguidos es Mina Clavero con su amplia variedad de propuestas culturales, religiosas y deportivas. Desde allí, y a través de dos puentes -uno sobre el río Panaholma y otro sobre el río Los Sauces-, puede accederse a Villa Cura Brochero, un lugar donde el paisaje serrano es sazonado con un fuerte legado espiritual.
El circuito se completa con pueblos como Nono y San Javier, cuya particularidad yace en sus increíbles balnearios naturales; mientras en lo más alto del valle, Los Hornillos descansa entre cerros y montes. Un poco más al sur, casi custodiando el acceso más corto hacia el Cerro Champaquí, aparece la agreste y tranquila Villa de las Rosas. En tanto, el poblado de Las Rabonas vigila cautelosamente el Dique La Viña, considerado el más alto de Latinoamérica; y a escasa distancia, Villa Dolores se destaca por una extensa gama de matices derivados de su riqueza geográfica y vegetal.
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Andando el Camino de las Altas Cumbres se llega al Parque Nacional Quebrada del Condorito, donde puede observarse el vuelo de cóndores andinos desde excelentes miradores naturales. La biodiversidad y fauna exótica han convertido a este parque en un lugar único que exige ser visitado, con la misma fuerza que el viento se hace oír entre las quebradas.
Otras atracciones las constituyen el Camino de los Artesanos -un trayecto de 18 kilómetros en el que doce familias nativas exponen las artesanías exclusivas de la zona-; el paisaje maravilloso de la Quebrada de La Mermela, y el inigualable Camino a los Túneles; todos espacios donde las alternativas se diversifican tentando a la aventura aérea y terrena o seduciendo desde la serenidad de sus paisajes y manifestaciones culturales.
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