El declive lento de las aguas y las amplias playas hacen de Costa Azul un lugar propicio para los amantes de la pesca. Esta actividad, que instaura el silencio como código principal, convoca a quienes disfrutan de la espera por el pique.
Algunas de las especies que visitan esta zona del Atlántico son pescadillas, brótolas, besugos y abadejos. Para quienes persiguen piezas de mayor tamaño el secreto es esperar la tranquilidad de la noche. Cuando los bañistas abandonan las playas, la luna comienza a iluminar y el apacible sonido del mar se hace escuchar, corvinas, lenguados y pejerreyes se acercan a la costa garantizando el regocijo del pescador.
A la actividad pesquera de Costa Azul se suma la de las ciudades lindantes del Partido de la Costa. Adentrándose en el mar, sus muelles brindan mayores posibilidades para una pesca exitosa.