La propuesta es aislarse del mundo urbano, dejándose cautivar por el silencio austral y el aire puro de sus lugares vírgenes; conocer las costumbres de gauchos e inmigrantes, compartir sus tareas cotidianas; pasear a caballo, arrear el ganado, trabajar en la huerta; presenciar la esquila de ovejas, participar de yerras y domas; y todo en el marco de intensa vida silvestre preservado por las Estancias de Río Grande y su zona.
Algunas conservando el estilo de su época de esplendor, con arquitectura francesa, inglesa o colonial, lujosamente amuebladas y decoradas; y otras presentando un estilo más sencillo, en armonía con su ámbito y tareas, pero igualmente confortables; las estancias fueguinas han abierto sus puertas a los visitantes que deseen internarse en la vida rural.
Estancia María Behety: ofrece la oportunidad de conocer una de las estancias de la Patagonia que preserva intacta su arquitectura original, además de ostentar dentro de su predio uno de los galpones de esquila más grandes del mundo. En esta reconocida estancia rionegrina puede observarse el duro trabajo de los peones, así como obtener importantes retazos de la historia regional.
Se ubica sobre Ruta Complementaria C, a 15 kilómetros de la ciudad de Río Grande.
Estancia José Menéndez: establecimiento rural cuyo casco principal posee un estilo de arquitectura que lo distingue del resto de las estancias.
Se la encuentra a unos 15 kilómetros hacia el suroeste de Río Grande.
Estancia Viamonte: originaria de 1902. También predomina aquí la participación en la esquila de ovejas.
Se halla emplazada hacia el sur de la ciudad de Río Grande, a una distancia no mayor a los 20 kilómetros.
Estancia Buena Esperanza: típica estancia fueguina donde puede presenciarse una demostración de esquila, el trabajo de rodeo de ovejas realizado por los perros, y la labor del hombre de campo en su medio.
Se ubica a 87 kilómetros de la ciudad de Río Grande.