En el sur argentino, allí donde las vacaciones parecen ser sinónimo de diversión invernal, la provincia de Río Negro ostenta atractivos veraniegos como las mágicas playas que se extienden sobre el océano Atlántico. Paisajes únicos, serenidad patagónica, adrenalina deportiva, baños de agua y sol, contemplación de maravillas de la naturaleza, son algunas de las propuestas en las costas rionegrinas.
Imagen - Argentinaturismo.com.ar
Las Grutas fue hasta hace unos años el secreto mejor guardado del Valle de Río Negro. Sus costas de aguas cálidas, cuyas temperaturas oscilan entre los 22 y 25 grados, son únicas en Argentina, y están protegidas por los primeros acantilados que luego bordean, sobre cientos de kilómetros, todo el litoral patagónico. Para los amantes del deporte existen varias opciones: buceo, pesca, náutica son solo algunas de ellas.
En tanto, en la zona de Sierras Grandes, Playas Doradas se posiciona como líder turístico de una serie de entornos arenosos y azules: Playa Bonita, Playa Los Suecos, Punta Hornos, Las Casitas, el embarcadero de Punta Colorada, la Pingüinera y Puerto Lobos. Con un clima seco, de escasa nubosidad, brisas marinas y picos de temperatura de 39º en verano, este espacio se configura como un territorio sin igual donde vacacionar.
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También la capital provincial destaca por su propuesta estival, la que recala en 190 kilómetros de playas, acantilados, médanos y restingas. Viedma, El Cóndor, Playa Bonita y La Lobería, componen este impensado destino para quien desea veranear en un lugar bien diferente a la playa tradicional.