Se trata de uno de los caminos más sinuosos y bellos imaginables en el territorio de Catamarca, conformado por distintos tramos igualmente atrayentes, y una meta magnífica: El Totoral.
Algunas partes se hallan pavimentadas mientras otras continúan siendo de ripio, no obstante a lo largo de todo el recorrido el obstáculo central lo constituyen las curvas que no permiten distraerse. Vértigo apasionante y paisajes de ensueño, la Cuesta de El Totoral es más que el camino hacia, es en sí misma un ineludible atractivo.
En su trazado por territorio del Departamento Paclín, un paisaje inesperado engalanado por lapachos, violáceos jacarandáes, palos borrachos, alisos, y helechos favorecidos por la humedad, sorprende las miradas que quedan cautivas de una deslumbrante panorámica del valle del Río Paclín.
