Los Valles Calchaquíes son uno de los tesoros que la naturaleza le regaló a la provincia de Catamarca. Desplegando cerros que ostentan tonalidades sorprendentes y formas que sólo la erosión del viento les puede otorgar, estas postales rozan lo increíble e invitan a disfrutarlas con todos los sentidos.
Imagen - Secretaría de Turismo de la Provincia de Catamarca
La fuerte presencia indígena que tuvo esta región hace que hoy en día sea posible conocer gran parte de la cultura de estos pueblos emprendiendo un circuito a través del cual se pueden descubrir yacimientos arqueológicos que conservan restos de construcciones por las que merodea el inconfundible espíritu calchaquí.
Ubicada entre cerros, Santa María es conocida como la capital de los Valles Calchaquíes. Destino imperdible para quienes visiten la provincia de Catamarca, ofrece una cartelera turística que se destaca por la importante presencia de centros arqueológicos.
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La cultura de los milenarios aborígenes yokaviles se puede apreciar en el Cerro Pintado; el Pueblo Histórico de Fuente Quemado; el Complejo Cultural Pachamama; Loma Rica y la Quebrada de Jujuil, entre otros. Además, esta ciudad cuenta con el museo arqueológico más importante del noroeste: el Museo Eric Boman reúne piezas que pertenecieron a las tribus cazadoras y recolectoras que habitaban el valle. Sus tesoros más preciados son las cerámicas y una colección de arte diaguita.
Pero este no es el único atractivo de la ciudad catamarqueña: los productos artesanales son una obra de arte que se despliega en los más diversos materiales. Ponchos de pelo de alpaca, tapices con estampas indígenas, piedras semipreciosas, alfarería, vinos y confituras sorprenderán a todos los visitantes.